Colombia: Iglesias son amenazadas por guerrilleros
Mundo Cristiano
Los cristianos en el sur de Colombia son constantemente amenazados por los grupos guerrilleros de ese país, quienes les prohíben los servicios de adoración a las zonas rurales que están bajo su control.
El Frente 32 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) lanzó una campaña represiva contra los católicos y las iglesias evangélicas en el departamento de Putumayo, y se supone que por esa publicidad, 150 iglesias en Colombia se han visto obligadas a cerrar.
Las iglesias que tienen el permiso de las FARC-EP, para celebrar la misa o culto evangélico, se les permite mantener los servicios religiosos sin temor a represalias, empero a las ciudades más pequeñas y a las aldeas, quienes no cuentan con ese derecho.
“Cada vez que mi esposo u otro líder de la iglesia decide ir a predicar en el campo, sólo puedo pedir: ‘Señor, cuida por la seguridad de cada uno de ellos’”, dice Jeanet Ortiz Pinto, esposa del evangelista itinerante y locutor de radio Ángel Pinto. “Mi corazón se entristece al ver lo que está sucediendo a nuestro alrededor”, comenta.
Ángel Pinto, durante su ministerio de 25 años, ha sido capturado cinco veces por los grupos armados. Dos veces le dijeron que iba a ser ejecutado por violar las prohibiciones impuestas por las FARC contra la predicación. En ambos casos, los comandantes locales liberaron al pastor, una vez que se dieron cuenta de quién era, dado que su congregación realiza un ministerio de rescate y cuidado de los huérfanos de guerra.
“Algunos de esos huérfanos nos pertenecen, sus padres eran nuestros compañeros de armas”, dijeron a Pinto la última vez que lo salvaron. “Si te matamos, ellos no tienen a nadie más que los cuide”, cuenta Pinto.
Las FARC han asesinado a cientos de pastores, en los últimos años.
“En el manual de convivencia expedido por unidades de las FARC de la zona, nos han pedido cerrar nuestras iglesias, y nos prohibieron visitar a las comunidades periféricas, ya sea para predicar o para celebrar reuniones”, dice Monseñor Luis Alberto Parra, obispo de Mocoa, en una entrevista con la prensa local.
En estos momentos el gobierno colombiano celebra reuniones de paz con las FARC e Cuba, para llegar a algún acuerdo que resuelva el conflicto. Eneida Herrera, profesora evangélica y de Hacienda Pública de la Universidad Autónoma de las Américas, se lamentó de que la iglesia haya sufrido la violencia de los grupos armados y que estuviera excluida de las conversaciones en La Habana.
“En caso de que las negociaciones de La Habana no produzcan nada positivo, podemos esperar una mayor ola de violencia que la que ha ocurrido hasta la fecha”, dijo Herrera. “La iglesia y las comunidades locales son las que tendrán que vivirlo, ya sea bueno o malo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario