El liderazgo que poco a poco comienza a construir James Rodríguez en el Real Madrid trasciende el terreno de juego. Luego de lograr que buena parte del plantel incluyera en sus listas de iTunes y Spotify temas de su paisano Kevin Roldán, estrella en ascenso del género urbano, su siguiente paso fue invitar nada menos que a Cristiano Ronaldo a una prédica del pastor de la sede madrileña de su iglesia.
Aunque un poco a regañadientes, según confirmó una fuente cercana, el astro portugués aceptó. Y hoy no se arrepiente, pues asegura que haberle dicho sí a James fue, nada menos, que haberle dicho sí a la llegada de Cristo a su corazón.
En efecto, personas de la entraña merengue han observado un “impresionante cambio” en el carácter de la máxima figura del equipo quien ahora se muestra especialmente atento con quienes lo asisten y se ha mostrado mucho más austero: se ha despojado de buena parte de su ajuar de costosas joyas, últimamente ha llegado a Valdebebas al volante de un modesto Renault Logan y ya no pide que le traigan gel para el cabello directamente desde Milán. Así mismo, promueve la oración colectiva, de rodillas en el centro del campo, al comenzar y terminar cada entrenamiento y, lo más diciente, todas sus declaraciones a la prensa son antecedidas de un “bueno si, gloria a Dios, toda la gloria es para él, ¿qué me preguntabas?”.
Ha sido de tal calado la conversión de CR7 que a partir del próximo miércoles en el partido contra el Almería, este ya no lucirá más la camiseta “Ronaldo 7”, sino que ha tramitado el permiso para que en ella ahora diga “Cristiano2”, es decir, Cristiano por partida doble.