lunes, 31 de mayo de 2021

Estudio de Primera Tesalonicenses - 24 - Capacitados para amarnos con el amor de Dios


1 Tesalonicenses 4:9
 9  Pero en cuanto al amor fraternal, no tienen necesidad de que nadie les escriba, porque ustedes mismos han sido enseñados por Dios y han aprendido a amarse unos a otros.

En este pasaje Pablo nos habla del amor fraternal, o como hermanos en Cristo, lo que ellos habían aprendido muy bien.

Robertson escribe: "Sobre el amor a los hermanos (peri tēs philadelphias). Palabra tardía, amor de hermanos o hermanas. En griego profano (un ejemplo de papiro) y lxx, la palabra significa amor a los familiares de sangre, pero en el N.T. es el parentesco en el amor de Cristo como aquí". 

En Cristo nosotros somos una familia, hermanos y hermanas en Cristo, un lazo que es más fuerte que entre los hermanos de sangre.

MacDonald nos dice: "El creyente no solo debe tener un cuerpo controlado; también debe tener un corazón de amor por sus hermanos en el Señor. El amor es la palabra clave del cristianismo como el pecado lo es del paganismo".

He visto esto en más de 40 años de cristiano, la importancia de este amor fraternal, incluso con gente que recién conocemos, si somos de Cristo el amor esta ahí, y como les dice Pablo, no hay necesidad que nadie les escriba, porque es algo que sale de dentro.

Barnes nos da la clave: "No es necesario que les escriba, es decir, "como he hecho en los otros puntos". Fueron tan enseñados por Dios con respecto a este deber, que no necesitaron ninguna instrucción especial".

Hemos sido enseñados por Dios a amar, y por eso podemos extender ese amor hacia los demás.

Johnson explica más de esto: "Enseñados por Dios. Todo el evangelio les enseña a amarse unos a otros. Cuando naces de Dios, ere su hijo y todos tus hermanos. Como Cristo amó a los hermanos, también debes hacerlo tú si lo sigues".

Si hemos sido enseñados por Dios, debemos tomar la decisión de amarnos unos a otros. Pero amarnos con el amor agape, el amor de Dios, que como dice en Romanos 5:5. Dios derramó en nuestro corazón por medio del Espíritu Santo.

Robertson nos explica esto: "Amarnos unos a otros (eis to agapāin allēlous). Otro ejemplo de eis to y el infinitivo. Solo aquellos a quienes Dios enseñó continúan amándose unos a otros, amando al prójimo e incluso a los enemigos como Jesús enseñó (Mateo 5:44). Tenga en cuenta el uso de agapaō, no phileō". 

Somos hermanos en Cristo, y hemos sido enseñados y capacitados para amarnos entre nosotros.



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