1 Tesalonicenses 2:5-7 (Biblia Expandida)
5 Porque como ustedes bien saben, nunca fuimos a ustedes para adularlos con palabras lisonjeras, ni encubrimos avaricia como pretexto para sacar provecho u obtener ganancia de ustedes. Dios es nuestro testigo.
6 Tampoco buscamos la alabanza, o la honra, o la gloria de los hombres, ni de ustedes ni de otros, aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido imponer nuestra autoridad y ser una carga para ustedes.
Estos pasajes siguen el pensamientos de versículos anteriores, como fue el trato de Pablo con los tesalonicenses; no busco adularlos para sacar algo de ellos, ni busco honra de parte de ellos, ni imponer autoridad sobre ellos, ni ser de carga, sino como una madre que con amor y ternura cuida a sus hijos.
Podemos ver, en primer lugar, que Pablo rechazaba la adula adulación como un método para anunciar el mensaje que predicaba.
Ellicot nos dice de esto: "No solo durante la estadía en Tesalónica, sino que ni en Tesalónica ni en ningún otro lugar, como muestra el siguiente versículo. Pero como solo se puede apelar a los tesalonicenses como evidencia de su propia experiencia, los escritores, por lo tanto, llaman a Dios mismo como testigo. Al mismo tiempo, la ausencia de palabras halagadoras era algo que podían juzgar los testigos humanos; sólo Dios conocía la libertad de los designios codiciosos".
MacDonald añade: "Nunca se rebajó a la adulación o la falta de sinceridad para lograr resultados. Sus palabras fueron honestas y transparentes, y sus motivos estaban libres de hipocresía".
El estilo de Pablo era no ser un adulador en ningún lugar donde iba sino predicaba el Evangelio con toda honestidad y transparencia.
En segundo lugar, vemos que la motivación de Pablo al anunciarle el Evangelio no era lucrar o sacar provecho de ello.
Acerca de esto el Comentario de Cambridge nos dice: "La palabra griega para "codicia" denota codicia de cualquier tipo, la más frecuente, pero no siempre o necesariamente, por el dinero; es el espíritu de auto-engrandecimiento, el egoísmo como pasión dominante".
Vemos que Pablo pone a Dios como testigo que este es su manera de actuar.
Barnes dice: "Dios es testigo - Este es una apelación solemne a Dios por la verdad de lo que había dicho. No solo se refiere a su propia observación, sino que llama a Dios mismo para ser testigo de su sinceridad. Dios sabía la verdad en el caso. No podría haber sido imposición sobre él; y la apelación, por lo tanto, es para alguien que estaba íntimamente familiarizado con la verdad".
Lo tercero que dice, es que no buscaba la alabanza, ni la gloria de los hombres, su motivación no era la vanidad ni el deseo de ser adorado, su motivación era bendecirlos.
Clarke nos explica: "Tampoco buscamos gloria de los hombres - Como no predicamos para ganancia mundana, tampoco predicamos para el aplauso popular; teníamos lo que buscábamos: la aprobación de Dios y el testimonio de una buena conciencia".
Así es, ellos buscaban la aprobación de Dios y un buen testimonio y eso es lo que lograron.
Lo cuarto que les dice es que no aprovecharon el ser apóstoles de Cristo para tomar autoridad y ser carga para ellos,
Johnson nos dice de esto: "Ellos podrían haber demandado gloria, apoyarse en la dignidad del oficio de apóstoles y requerir sustento pecuniario. En cambio, trabajaron en Tesalónica con sus propias manos como sustento".
Podemos ver en estos dos versos como debe ser un ministro de Dios, no ser manipulador, ni ser codicioso, ni buscar la gloria y muchos menos aprovecharse de su autoridad para sacar provecho personal. Nuestra motivación de be ser agradar a Dios y servir a la gente,
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