1 Tesalonicenses 2:11-13
11 Porque ustedes saben que trate con ustedes como un padre con sus propios hijos, solíamos exhortarlos a cada uno personalmente, animándolos, consolándolos y encargándolos.
12 que anduvieran y vivieran una vida digna del Dios que los llama a Su reino y a Su gloria.
13 Y por este motivo también nosotros damos gracias sin cesar a Dios porque cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como si fuera palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen.
En estos versículos podemos ver la conducta de los tesalonicenses, que habiendo recibido la Palabra, la aceptaron y empezaron a caminar como es digno del Señor.
El pasaje empieza con Pablo dando el ejemplo de un padre.
Robertson nos habla de esto: "Como un padre con sus propios hijos (hōs patēr tekna heautou). Cambio de la figura de la madre-enfermera en 1 Tesalonicenses 2:7. Hay una elipse de un verbo principal con los participios parakalountes, paramuthoumenoi, marturoumenoi. Lightfoot sugiere enouthetoumen (amonestamos) o egenēthēmen (nos convertimos). Los tres participios dan tres fases de la predicación del ministro (exhortando, animando o consolando, dando testimonio o testificando). Todos son verbos antiguos, pero solo el primero (parakaleō) es común en el N.T.".
Spence añade: ""Exhortando, consolando y encargando"; que representa tres modos de las instrucciones del apóstol: "exhortar" denota también animar y consolar; "consolar" denota apoyar y sostener ("consolar a los débiles mentales", 1Th_5: 14); y "encargar" denota testificar o protestar, una solemne insistencia en la exhortación a los oyentes".
Pablo trabajo con ellos como un padre, exhortándoles, consolándoles y amonestándoles, para que puedan caminar como creyentes que no tienen de que avergonzarse, conociendo a su Señor y lo que hizo por ellos, para poder vivir una vida digna del Señor.
Clarke nos dice de esto: "Para que anden como es digno de Dios - Para que, en todos los aspectos, actúen a la altura de su alto llamamiento, para que no sea un reproche para el Dios de santidad que los reconoce como sus hijos e hijas".
Aquí Pablo les hace recordar que Dios los llamó a su reino y gloria.
Aquí Spence nos dice: "A su reino y gloria. No debilitarse como si fuera un hebraísmo de "su reino glorioso" o "el reino de su gloria"; pero el reino y la gloria deben verse como dos objetos diferentes. "Dios te llamó a Su reino", es decir, el reino mesiánico que ha establecido en la tierra; y que se realizará completamente en el advenimiento. Y "Dios os llamó a su gloria", es decir, la gloria que está reservada para todos los miembros de su reino".
Debemos de caminar como es digno de nuestro llamado a participar de Su reino y gloria.
Luego de esto Pablo da gracias porque cuando escucharon la Palabra ellas la recibieron no de hombres sino como si fuera Dios mismo hablándoles.
Barnes escribe de esto: "Por esto también damos gracias a Dios - Además de las razones de agradecimiento ya sugeridas, el apóstol aquí se refiere al hecho de que recibieron la verdad, cuando fue predicada, de tal manera que demuestra que creían plenamente que era la palabra de Dios".
El Comentario de Cambridge da más luces de como recibieron la Palabra: "Literalmente, la cláusula dice, no aceptaron palabra de los hombres, sino, como es verdaderamente, la palabra de Dios. "Palabra de hombres": la mera palabra de "Pablo, Silas y Timoteo". Los tesalonicenses aceptaron la palabra de Dios como de Dios, con reverencia y fe. Reconocieron en lo que escucharon de Pablo y Silas una Voz más alta, el mensaje del Dios vivo y verdadero, llamándolos a la vida eterna. El éxito de la enseñanza religiosa reside en su poder para hacer que la voz de Dios sea audible a través del habla humana. Si el predicador no puede hacer esto, no hace nada".
Y finalmente Pablo nos dice que la Palabra de Dios actúa poderosamente en nosotros.
Gill dice de esto: "que obra eficazmente también en vosotros los que creéis: la versión latina de la Vulgata dice, "quien obra"; refiriéndolo a Dios, como en verdad se le puede referir, así como a su palabra; pero el sentido es muy parecido, porque Dios obra por y con su palabra, y su palabra sólo obra eficazmente cuando viene con poder; o es el poder de Dios para salvación a los que creen; y cuando viene con una comisión y un poder divinos, obra eficazmente para revivir a los pecadores muertos, iluminar las mentes oscuras, abrir los oídos sordos, ablandar los corazones duros, produciendo una fe que obra por amor, alentando la esperanza, liberando de la esclavitud del pecado, de Satanás y de la ley, y consolando y estableciendo los corazones de los santos en todas las aflicciones, pruebas y persecuciones".
La Palabra de Dios obra poderosamente en los que creemos.
Pablo como un padre se encargo de darles la Palabra de Dios, de modo que ellos la recibieron, creyeron y dieron fruto. Nosotros debemos recibir también la Palabra de Dios y creerla, ya que obrará poderosamente en cada área de nuestras vidas.
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