viernes, 14 de mayo de 2021

Estudio de Primera Tesalonicenses - 13 - Un ejemplo de conducta


1 Tesalonicenses 2:9-10
9 Porque recuerdan, hermanos, nuestros duros trabajos y fatigas, y cómo, trabajamos de día y de noche (por nuestro sustento) para no ser carga ni ser gravosos a ninguno de ustedes, les proclamamos las buenas nuevas del evangelio de Dios.
10 Ustedes son testigos, y también Dios, de que santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con ustedes los creyentes.

Pablo, como buen ministro del Evangelio, no fue con la intención de ser una carga para la nueva iglesia, sino que aparte de predicarles el Evangelio, trabajo noche y día para sostenerse.

Clarke nos dice de esto: "Ustedes recuerdan - nuestros trabajos y fatigas - De esto parece que San Pablo pasó mucho más tiempo en Tesalónica de lo que generalmente se supone; porque las expresiones en este versículo denotan una larga continuación de un ministerio constantemente ejercido, interrumpido sólo por el trabajo manual para su propio sustento; Trabajando día y noche, porque no se le cobraría. Probablemente Pablo y sus compañeros trabajaban con las manos durante el día y pasaban una parte considerable de la noche, o las tardes, predicando a Cristo a la gente".

Dos cosas hacían los misioneros, anunciaban el Evangelio y trabajaban para su sustento.

La Biblia del Diario Vivir coloca una nota interesante acerca de esto: "Aunque Pablo tenía el derecho de recibir apoyo económico de la gente a la que enseñaba, trabajó como fabricante de tiendas (Hechos 18:3) para sostenerse y no ser carga a los nuevos creyentes en Tesalónica".

Todo ministro es digno de su sustento, pero Pablo decidió no hacer uso de ese derecho. En Corinto Pablo hizo lo mismo (1 Corintios 9:18), aunque más adelante, en 2 Corintios 11:9 les dice: "Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso".

Parece que Pablo cuando recién llegaba a una nueva ciudad trabajaba haciendo carpas, el cual era su oficio (Hechos 18:3), con eso sustentaba su ministerio, después cuando la iglesia estaba establecida, recibía ofrendas, como pasó en Corinto, que les dijo que recibia ofrendas de Macedonia.

De esta forma de actuar Pablo los puso de testigos a ellos y a Dios.

El Comentario de Cambridge dice: "Ustedes son testigos, y Dios también] En 1 Tesalonicenses 2: 5 se distinguió el testimonio del hombre y de Dios (hacia lo exterior y lo interior respectivamente); aquí se combinan: ustedes son testigos, y Dios también".

McDonald añade: "Los creyentes podían testificar del comportamiento ejemplar de Pablo hacia ellos; y Dios también fue testigo de que era piadoso (o santo), justo (o recto) e irreprensible. Santo, es decir, apartado a Dios del pecado. Justo en carácter y conducta. Inmaculado para con Dios y el hombre. Si el mejor sermón es una vida santa, Pablo fue un gran predicador. No como otros predicadores cuya elocuencia era mayor que su conducta: cuando estaban en el púlpito, la gente deseaba que nunca lo abandonara, pero cuando estaban fuera de él, ¡deseaban que nunca volviera a entrar!".

Pablo y sus compañeros dieron un buen testimonio en Tesalónica, ellos mismos podían dar testimonio, y Dios mismo de como se habían comportado entre ellos, en cuanto a la predicación del Evangelio, en cuanto a su conducta y en cuanto a su ejemplo. De modo que no podían decir nada de ellos.

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