sábado, 11 de mayo de 2013

Neturei Karta, la Secta Judía que Odia a Israel


Neturei Karta, la Secta Judía que Odia a Israel

Esta organización ultraortodoxa, amiga del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, defiende que la existencia del Estado hebreo es contraria a la Torá

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Los Neturei Karta ahora están pidiendo apoyo financiero para enviar ambulancias a Gaza, territorio palestino gobernado por Hamás. La razón de la «campaña humanitaria» de los Guardianes de la Ciudad, traducción del nombre arameo de esta secta judía ultraortodoxa, es que comparten con los terroristas islámicos una misma meta: la aniquilación de Israel. Claro que los motivos de ambas organizaciones son algo diferentes. Los Guardianes defienden que la propia existencia del Estado hebreo ofende a Dios porque es contraria a la Torá, ley suprema del judaísmo que se corresponde con los cinco primeros libros de la Biblia o Pentateuco. En su opinión, sólo el Mesías en su venida puede establecer el reino del «pueblo elegido», sólo Él pondrá fin al «periodo de exilio» en el que deben vivir los judíos.


En su propaganda aseguran con insistencia que no son cuatro gatos y que son muchos, «cientos de miles», los judíos que piensan como ellos. Pero se estima que en todo el mundo habrá unos 10.000 Neturei Karta, la mitad de ellos residentes en Jerusalén y el resto en Londres y Nueva York. En sus concentraciones fuera de Israel suele participar como mucho una docena de miembros. Definitivamente, son pocos. No son los únicos hebreos que odian al Estado de Israel, pero sí son los más exóticos: sus levitas negras, tirabuzones y carteles con lemas como «los sionistas no son judíos, los judíos no son sionistas» llaman la atención.

La secta fue fundada en Jerusalén en 1938 como escisión de Agudat Israel, un partido político jaredí o ultraortodoxo que se oponía a la causa sionista, esto es, la del establecimiento en Palestina de la patria judía. Según cuentan los Guardianes de la Ciudad, se vieron obligados a abandonar la formación cuando ésta, «tentada por el dinero, se vendió al Becerro de Oro». Ciertamente, Agudat Israel modificó entonces su postura original, tanto, que incluso llegó a formar parte de varios gobiernos israelíes. Efectivamente, aunque jaredíes y Estado hebreo no mantuvieron inicialmente buenas relaciones, con el tiempo muchos de estos fieles se han integrado en el país fundado en 1948. Pero los Neturei Karta residentes en Israel siguen en sus trece: se niegan a votar en las elecciones y a recibir subvenciones estatales de ningún tipo.

Los Guardianes de la Ciudad -la mayoría descendiente de judíos húngaros que emigraron a la Ciudad Vieja de Jerusalén en el siglo XIX- argumentan contra el Estado de Israel que su creación viola uno de los conocidos como Tres Juramentos entre Dios, el pueblo hebreo y el resto de naciones del mundo. En este acuerdo sagrado que recoge el Talmud, libro que contiene la tradición oral judía, los gentiles prometieron no maltratar a los judíos, y estos prometieron por su parte no rebelarse contra los pueblos que los acogieran ni emigrar en masa a la Tierra de Israel. Tal es el odio que los Neturei Karta sienten por Israel que muchos de ellos se niegan a tocar monedas y billetes que contengan símbolos del Estado hebreo, como las imágenes de Theodor Herzl, padre del sionismo político, o de Chaim Weizmann, primer presidente israelí.

Los Guardianes, que defienden el establecimiento en Tierra Santa de un Estado palestino y la devolución a los árabes de los territorios ocupados por Israel, han hecho amistad con la racista Nación del Islam, una organización musulmana sui géneris sólo para negros radicada en Estados Unidos. También han hecho buenas migas con líderes políticos como Mahmud Ahmadineyad. De hecho, el presidente iraní -que en su día hizo público su deseo de «borrar del mapa a Israel»- los invitó en 2006 a una conferencia en Teherán que tenía como objetivo demostrar que el Holocausto judío es sólo una invención sionista. La asistencia al polémico congreso llevó a que el Gran Rabino ashkenazi de Israel, Yona Metzger, los excomulgase. Claro que para los Naturei Karta el Gran Rabí «colaboracionista» carece de autoridad religiosa alguna.

Entre los líderes de esta secta jaredí cabe destacar a Moshe Hirsch. Pese a residir en Jerusalén, nunca aceptó la ciudadanía israelí. Creía que con el Holocausto los nazis cumplieron con la voluntad de Dios, y que el Estado hebreo cometía atentados por todo el mundo para que creciese la inmigración judía a Israel. Fue ministro de Asuntos Judíos del «rais» palestino Yaser Arafat, y probablemente, el más antisionista de los miembros de aquel Ejecutivo. Cuando en 1998 la Autoridad Nacional Palestina decidió apostar por la coexistencia con los israelíes, Hirsch afirmó: «En mi opinión, debemos echarlos al mar».


El origen del nombre

G. LL.MADRID

La expresión «Neturei Karta», o «Guardianes de la Ciudad», proviene de un relato del Talmud de Jerusalén. Según está escrito en este libro sagrado del judaísmo, el rabí Yehudah Hanasí, también conocido como Judá el Príncipe, mandó a dos rabinos en misión pastoral. Cuando estos llegaron a un pueblo preguntaron por los «guardianes de la ciudad», y la guardia armada local desfiló ante ellos. Entonces, los rabinos dijeron que esos no eran los «guardianes de la ciudad», sino sus destructores, lo que llevó a los lugareños a preguntarles quiénes podrían ser considerados «guardianes». Los rabís respondieron: «Los escribas y los sabios». Y remitieron a los ciudadanos a los Salmos.


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