Clase 7
Las Reglas de la
Hermenéutica
Cuarta
Parte
REGLA #14
CUANDO SE USA UN OBJETO INANIMADO PARA DESCRIBIR A UN SER
VIVIENTE, PODEMOS DAR POR SENTADO QUE LA AFIRMACIÓN ES METAFÓRICA.
Podemos ilustrar
esta regla con las afirmaciones "Yo soy" que Jesús dijo de si mismo y
que se encuentran en el Evangelio de
Juan.
Jesús dijo:
"Yo soy el pan
de vida" (Juan 6:35).
"Yo soy la luz
del mundo" (Juan 8:12).
"Yo soy la
puerta de las ovejas" (Juan 1O: 7).
Como sabemos, Jesús
no es ni pan ni puerta en un sentido literal; sino que se usa un objeto
inanimado como el pan para describirlo, por ese motivo podemos dar por sentado
que pan debe tomarse metafóricamente.
Del mismo modo,
podemos afirmar que cuando se atribuye vida y acción a objetos sin vida,
podemos considerar que dicha afirmación es metafórica.
REGLA #15
CUANDO
UNA EXPRESIÓN NO TIENE RELACIÓN CON LA REALIDAD DE LO QUE
SE DESCRIBE PODEMOS ACEPTARLO COMO LENGUAJE FIGURADO.
Una de las
situaciones críticas en el ministerio de Pablo fue cuando los judaizantes
llegaron a Galacia y empezaron a enseñar que los gentiles cristianos debían circuncidarse
a fin de ser salvos.
Pablo se molesto
tanto que en su carta a los Filipenses escribió: "Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos
de los mutiladores del cuerpo. Porque nosotros somos la circuncisión, los que
en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo
confianza en la carne" (Filipenses 3: 2, 3).
Al advertir Pablo que
nos cuidemos de los perros, no se está refiriendo a los animales domésticos que
comúnmente tenemos en nuestras casas.
Se está refiriendo
a los judaizantes que insistían en imponer a los cristianos gentiles todas las
ordenanzas y tradiciones del Antiguo Testamento como medio de salvación.
Es por eso que perros
debe interpretarse metafóricamente.
Por lo generalmente
el contexto nos hará saber si el lenguaje es figurado o literal, y nos dirá a
quién se refiere. Muchas veces podemos descubrir la interpretación correcta al
estudiar los pasajes paralelos referidos al mismo tema.
Por ejemplo, Juan
el Bautista dijo de Jesús: "He aquí
el Cordero de Dios" (Juan 1:36).
Esta es la misma
frase que usa Isaías en su profecía mesiánica: "Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue
llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y
no
abrió su boca"
(Isaías 53: 7).
Este pasaje se
refiere al Mesías como el cordero que fue sacrificado por nuestros pecados.
Al ver otros
pasajes relacionados en la Biblia podemos concluir que cordero es una expresión
figurada, o metáfora, que se refiere a Cristo.
Otras veces en la
Biblia, una misma palabra puede referirse a 2 personas contrarias según el
lugar donde se encuentran.
Por ejemplo, Pedro
dice: "Sed sobrios, y velad; porque
vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a
quien devorar" (1 Pedro 5:8). En este caso el contexto nos indica que
león se refiere a Satanás.
Por otro lado, Juan
escribió en Apocalipsis: "Uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí
que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro
y desatar sus siete sellos" (Apocalipsis 5: 5). Aquí también se usa la
palabra león, pero el contexto nos demuestra que se refiere a Cristo.
En resumen, por lo
general podremos llegar a la interpretación correcta respecto al lenguaje
figurado al ver el contexto.
Finalmente, veamos
dos cosas importantes:
1. Una palabra no
puede significar más de una cosa a la vez. No puede tener un sentido literal y otro
simbólico al mismo tiempo. Cuando se le da un sentido figurado a una palabra,
como en los ejemplos mencionados, éste ha de reemplazar el sentido literal de
la palabra.
2. En lo posible
debe mantenerse la interpretación literal del pasaje. Sólo ha de interpretarse
con sentido figurado si el sentido literal no encaja en el contexto. Debemos
preferir el sentido literal a menos que el contexto nos lo imposibilite.
REGLA #16
LAS PRINCIPALES PARTES Y METÁFORAS INCLUIDAS EN UNA
PARÁBOLA PRESENTAN CIERTAS REALIDADES. DEBES TOMAR EN CUENTA SOLAMENTE ESTAS
PARTES Y METÁFORAS AL SACAR CONCLUSIONES
No debemos intentes
extraer más significación de la parábola de la que en verdad tiene.
Por ejemplo, veamos
la parábola del sembrador:
"Juntándose una
gran multitud, y los que de la ciudad venían a él, les dijo por parábola: El
sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto
al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra
parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra
parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. Y otra parte
cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas
cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga. Y sus discípulos le
preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola? Y él dijo: A vosotros os
es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas,
para que viendo no vean, y oyendo no entiendan. Esta es, pues, la parábola: La
semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que oyen, y
luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se
salven. Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra
con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo
de la prueba se apartan. La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen,
pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la
vida, y no llevan fruto. Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con
corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia"
(Lucas 8:4-15).
En esta parábola,
Jesús mismo nos da la interpretación deseada por El.
Jesús nos explica
que los puntos principales de la parábola son la semilla y la clase de terreno
donde cae la semilla.
Aunque nosotros le
damos el nombre de parábola del sembrador, en realidad el sembrador no es el
personaje principal. Es secundario al propósito del relato.
El propósito de la
parábola es el ilustrar los distintos tipos de respuesta que recibe la Palabra
de Dios cuando se proclama. Al estudiar el pasaje no trates de ampliar ese propósito.
más allá de lo que se propuso el autor.
Al interpretar una
parábola, debemos tomar en cuenta el siguiente procedimiento:
1. Debemos establecer
el propósito de la parábola.
2. Debemos asegurarnos
de explicar las distintas partes de la parábola de acuerdo con el esquema
planteado en el relato.
3. Sólo debemos
valernos de los puntos principales de la parábola al explicar su aplicación.
Cuando nos metemos
en los detalles se entrometen con mucha facilidad los errores. No fuerces a la
parábola a que diga más de lo que debe decir.
Debemos establecer cuál
es el propósito principal de la parábola y quedarnos dentro de ese marco de
referencia.
Ciertas parábolas
no te facilitarán la tarea. Por ejemplo, Jesús preguntó en cierta ocasión: "¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante
a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta
que todo hubo fermentado" (Lucas 13:20,21).
Está claro que
levadura es la metáfora que se utiliza para aludir a una realidad: el reino de
Dios. Pero en el caso de otras parábolas, tendrás que profundizar más antes de
sacar conclusiones.
Cada parábola tiene
un punto principal de comparación; así que debemos tratar de relacionar ese
punto principal con lo que quería enseñar quien la relataba.
REGLA #17
DEBEMOS INTERPRETAR LAS PALABRAS DE LOS PROFETAS EN SU
SENTIDO USUAL, LITERAL E HISTÓRICO, A MENOS QUE EL CONTEXTO O EL MODO EN QUE SE
CUMPLIERON NOS INDIQUEN CLARAMENTE QUE TIENEN UN SENTIDO SIMBÓLICO. ES POSIBLE
QUE SU CUMPLIMIENTO SE VERIFIQUE POR ETAPAS, SIENDO CADA UNA DE ELLAS FIANZA DE
LAS VENIDERAS.
La regla de interpretación
que estamos considerando no lleva en sí el propósito de inclinar nuestras
convicciones sobre la profecía de un modo u otro. Sencillamente sirve para
establecer pautas para la formulación de nuestras propias convicciones.
Una de las reglas
que ya hemos visto declara que "las
Escrituras sólo tienen un significado y han de ser tomadas en su sentido
literal" (Regla #10).
Además la profecía
debe interpretarse literalmente a menos que el contexto u otra referencia
posterior en las Escrituras indiquen lo contrario.
Como ejemplo de un
caso donde una referencia posterior de las Escrituras indica que no ha de
tomarse literalmente, tenemos la profecía de Malaquías respecto al precursor de
Cristo: "He aquí, yo os envío el
profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver
el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los
padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición"
(Malaquías 4:5,6).
Malaquías declara
aquí que Dios enviará "el profeta
Elías". Siglos más tarde, cuando apareció Juan el Bautista como el
precursor de Jesucristo, se suscitó una gran confusión, que nos da a entender
que la gente de esos tiempos suponía que la profecía se cumpliría literalmente.
Por otra parte,
Jesús dijo que esta profecía tendría un cumplimiento más bien figurado que
literal. En una ocasión declaró: "Porque
todos los profetas
y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo,
él es aquel Elías que había de venir"
(Mateo 11: 13, 14).
En otra ocasión,
cuando sus discípulos le preguntaron: "¿Por
qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará
todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el
Hijo del Hombre padecerá de ellos". Luego
de eso los discípulos comprendieron que Jesús decía que Juan el Bautista era el
Elías esperado (Mateo 17: 10-13).
Juan el Bautista
fue el cumplimiento de la profecía de Malaquías.
Esos casos son más
bien la excepción y no la regla común para interpretar la profecía. La mayoría
de las profecías pueden y deben ser interpretadas literalmente.
Hay ocasiones en que
se puede sacar dos significados aparentes de una misma profecía. En ese caso se
debe dar preferencia al que hubiera constituido el sentido más lógico a oídos
de los oyentes originales.
También hay
ocasiones cuando un escritor del Nuevo Testamento le asigna a un pasaje del
Antiguo Testamento una interpretación profética aún cuando el pasaje original
no parece ser profético en absoluto.
Tenemos un ejemplo
en Oseas. Israel se había alejado de Dios y se le presenta allí como la esposa
adúltera del Señor. Dios se está refiriendo a Israel al decir: "Cuando Israel era muchacho, yo lo amé,
y de Egipto llamé a mi hijo" (Oseas 11: 1).
Los oyentes
originales interpretaron que esta declaración se refería a la liberación de
Israel de la esclavitud de Egipto por Moisés. Sin embargo, Mateo cita este
pasaje y dice que es profético acerca del Señor Jesús cuando María y José regresaron
con Él a Nazaret: "Y estuvo allá [en
Egipto] hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor
por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo" (Mateo
2: 15).
Por eso vemos que el
pasaje de Oseas es profético porque Mateo, escribiendo bajo la inspiración del
Espíritu Santo, nos dice que lo es. Pero nosotros, en nuestro propio estudio
bíblico, no podemos usar esa libertad.
Mateo pudo hacerlo porque
escribía bajo la inspiración del Espíritu y el Espíritu sabía cuál era la
interpretación correcta de Oseas ya que lo inspiró también. Por otra parte,
Mateo no nos aclara por qué hace esta aplicación de esa profecía de Oseas.
A menudo una
profecía se cumple parcialmente en una generación y queda una parte pendiente
de cumplimiento posterior.
Esto no es evidente
cuando se da la profecía; sólo lo vemos cuando se cumple una parte y otra no.
Esto lo vemos en
profecías como Joel 2;28 - 32 "Y
después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros
hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes
verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi
Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre,
y fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en
sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que
invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sión y en
Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado".
Pedro citó estas
palabras el Día de Pentecostés (Hechos 2: 15-21).
Al descender el
Espíritu sobre la iglesia, Pedro dijo: "Esto
es lo dicho por el profeta Joel" (Hechos 2: 16). Y en verdad el
Espíritu fue derramado sobre ellos. Pero, ¿en qué momento se convirtió en tinieblas
el sol, y la luna en sangre antes de que "venga el día grande y
espantoso" de Dios?
Esta parte de la
profecía de Joel se refiere a la Segunda Venida y se cumplirá en el futuro. Pero
desde la perspectiva de Joel ambas venidas se veían como una sola.
Así que cuando
veamos las profecías bíblicas tengamos en cuenta estas cosas.
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