Clase 4
Las Reglas de la
Hermenéutica
Primera Parte
LOS PRINCIPIOS
O REGLAS GENERALES PARA LA INTERPRETACIÓN
Para una correcta interpretación es necesario
tomar en cuenta estas pequeñas reglas que son básicas y que nos ayudan a
interpretar correctamente la Biblia:
En este capítulo veremos las reglas que nos dan
el fundamento para una interpretación correcta de la Biblia
REGLA #1
PARTIMOS
DEL SUPUESTO DE QUE LA BIBLIA TIENE AUTORIDAD SUPREMA
En asuntos de religión el
cristiano se suscribe, consciente o inconscientemente, a una de las siguientes
manifestaciones como autoridad de última apelación: a la tradición, a la razón, o
a las Escrituras.
Muchas de las iglesias cristianas se aferran a
sus tradiciones y las colocan con la misma autoridad que la Palabra de Dios; de
ese modo terminan en un ritualismo y legalismo que les impide ver la realidad
de la Palabra de Dios.
Jesucristo mismo se encontró con este problema:
Marcos 7:1-13
1 Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos
de los escribas, que habían venido de Jerusalén;
2 los cuales, viendo a algunos de los
discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los
condenaban.
3 Porque los fariseos y todos los judíos,
aferrándose a la tradición de los ancianos,
si muchas veces no se lavan las manos, no comen.
4 Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no
comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos
de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los
lechos.
5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los
escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los
ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?
6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien
profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: este pueblo de labios me
honra, mas su corazón está lejos de mí.
7 Pues en vano me honran, enseñando como
doctrinas mandamientos de hombres.
8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres:
los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
9 Les decía también: Bien invalidáis el
mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu
madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
11 Pero vosotros decís: Basta que diga un
hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios)
todo aquello con que pudiera ayudarte,
12 y no le dejáis hacer más por su padre o por
su madre,
13 invalidando la palabra de Dios con vuestra
tradición que habéis transmitido. Y
muchas cosas hacéis semejantes a estas.
Este tomar como autoridad las tradiciones lo
vemos en la iglesia católica, en algunas iglesias tradicionales y en las
mesiánicas.
Una persona perteneciente a una iglesia
mesiánica preguntaba: ¿Qué debo hacer para guardar las 1024 leyes de la
tradición judaica?
Yo pensé: “Wow, ¿Cómo hará para memorizarse
todas?”
La tradición se pone siempre por encima de la
Palabra de Dios y nos aleja del glorioso mensaje del evangelio.
La razón es otro problema actual, no se puede
entender la Biblia con el raciocinio humano.
El gran problema es que el
racionalismo ha ocupado el centro del escenario en un gran sector de la iglesia
cristiana.
"Liberalismo" y
"modernismo" son dos de los apelativos que han sido aplicados para
describir estas corrientes del pensamiento religioso.
Para ellos, el tribunal
último de apelación es la mente humana y las construcciones "lógicas"
que ella construye.
Esta gente rechaza todo lo
que la mente no puede aceptar como razonable; y por ese motivo, es que la razón
es la que tiene que decidir, la que tiene la última palabra.
La gente que piensa de
esta manera llega a tal extremo, que concluye que creer en el nacimiento
virginal de Cristo no es ni racional ni esencial, y descarta lo que la Biblia
dice al respecto.
El cristiano nacido de
nuevo ve en la Biblia la autoridad suprema, fuera de la cual no hay apelación
posible.
Entonces si queremos tener una hermenéutica
sana debemos colocar la Biblia como nuestra autoridad suprema.
REGLA #2
En Génesis 3: 1-5 vemos
que el primer intérprete de la Palabra de Dios fue el diablo. "Pero la serpiente era astuta, más que
todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la
mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer
respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de
él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer:
No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos
vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal".
Pero lo que Dios
había dicho era un poquito diferente: "De
todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del
mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás"
(Génesis 2: 16, 17).
Satanás no negó estas
palabras. Más bien las tergiversó, y les dio un sentido que no tenían.
Esta clase de error
se produce por omisión y por adición.
La omisión:
consiste en citar sólo aquella parte del pasaje que conviene y omitir el resto.
La Biblia nos habla
de dos clases de muerte: la física y la espiritual.
La muerte física es
la separación del espíritu del cuerpo; y la muerte espiritual es la separación
del espíritu de Dios.
Cuando Dios le dijo
a Adán: "Ciertamente morirás"
(Génesis 2: 17), se refería a la muerte tanto espiritual como física. Cuando la
serpiente, en cambio, le dijo a Eva: "No
moriréis" (Génesis 3:4), intencionadamente omitió toda referencia a la
muerte espiritual.
La adición, por
otro lado, consiste en decir más de lo que la Biblia dice.
Cuando Eva
conversaba con Satanás, ella citó lo que Dios le había dicho Adán, pero le
agregó una frase: "ni le
tocaréis" (Génesis 3:3).
Cualquiera puede tergiversar
las Escrituras para hacer que digan más de lo que en realidad dicen; es así
como nacen las falsas doctrinas.
Cuando estudiamos
la Biblia, debemos dejar que nos hable por sí sola. No debemos quitarle ni añadirle;
debemos dejar que la Biblia sea su propio comentario; debemos comparar
Escritura con Escritura.
La Biblia se
interpretará a sí misma si se estudia correctamente.
REGLA #3
EL ESPÍRITU SANTO, Y EL NUEVO NACIMIENTO, SON
IMPRESCINDIBLES PARA PODER COMPRENDER E INTERPRETAR CORRECTAMENTE LAS
ESCRITURAS.
Una frase que se
repite continuamente en la Biblia es "El
que tiene oídos para oír, oiga".
Jesús la repitió
durante su ministerio (Mateo 11:15. 13:9 y 43; Marcos 4:9; y Lucas 8:8 y
14:35), también vemos esa frase 7 veces en Apocalipsis (2:7, 11, 17, 29; y, 3:6.
13 y 22).
Estas fueron las
palabras con las que concluyó la parábola del sembrador en Mateo 13:9.
Después de esto, los
discípulos le preguntaron el motivo por el que les hablaba en parábolas y Jesús
les respondió esto:
Mateo 13:10-16
10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por
qué les hablas por parábolas?
11 El respondiendo,
les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los
cielos; mas a ellos no les es dado.
12 Porque a
cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo
que tiene le será quitado.
13 Por eso les
hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
14 De manera que se
cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no
percibiréis.
15 Porque el
corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han
cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con
el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.
16 Pero
bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Toda persona tiene
dos juegos de ojos y oídos. Con uno ven y escuchan lo físico, y con el otro, lo
espiritual.
Pablo dijo en 2
Corintios 4:4: "En los cuales el
dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos"; es decir,
Satanás, quien es el dios de este siglo, hace todo lo posible por evitar que
los seres humanos perciban las verdades espirituales.
Por ese motivo es
que en Efesios 1: 15-19, al orar por la iglesia dice esto: “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor
Jesús, y de vuestro amor para con todos
los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros
en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de
gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la
esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia
en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros
los que creemos, según la operación del poder de su fuerza.”
Vemos que Pablo ora
para que los ojos de nuestro entendimiento, o más correctamente corazón como
dice en otras versiones sean abiertos para que podamos entender.
Veamos Efesios 1:18
en varias versiones:
Biblia del Pueblo
de Dios
Que él ilumine sus
corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido
llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos.
EUNSA
Iluminando los ojos
de vuestro corazón, para que sepáis cuál es la esperanza a las que os llama,
cuáles las riquezas de gloria dejadas en su herencia a los santos.
La Biblia de las
Américas
Mi oración es que
los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la
esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su
herencia en los santos.
The Message (El Mensaje)
Vuestros ojos sean
enfocados y aclarados, para que puedan ver exactamente lo que él los ha llamado
hacer, alcanzando la inmensidad de esta gloriosa vida que tiene para los
cristianos.
Dios quiere que
podamos entender claramente las cosas espirituales, pero esto no puede lograrse
a menos que la persona nazca de nuevo.
Pablo lo expresó muy
claramente cuando dijo: "El hombre
natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente" (l Corintios 2: 14).
El hombre que no
conoce a Dios, es el hombre natural, aquel que está muerto espiritualmente y no
puede entender las cosas de Dios.
Lo que es más, en
los versos anteriores Pablo nos muestra el camino para entender las Escrituras.
1 Corintios 2:9-12
9 Antes bien, como
está escrito: Cosas que ojo no vio, ni
oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado
para los que le aman.
10 Pero Dios nos
las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña,
aun lo profundo de Dios.
11 Porque ¿quién de
los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en
él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
12 Y nosotros no
hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para
que sepamos lo que Dios nos ha concedido.
En el nuevo
nacimiento Dios colocó al Espíritu Santo en nosotros, el intérprete está en
nosotros, así que debemos depender de Él a la hora de leer las Escrituras.
REGLA #4
INTERPRETAR LAS EXPERIENCIAS PERSONALES A LA LUZ DE LAS ESCRITURAS Y
NO LAS ESCRITURAS A LA
LUZ DE EXPERIENCIAS PERSONALES
Aquí hay un
problema en el que los creyentes nos metemos muy comúnmente, tratamos de
explicar las Escrituras basados en nuestras experiencias personales.
Me acuerdo, hace
casi 30 años, de mi primera experiencia con el ayuno, en el grupo de jóvenes me
habían dicho de que uno de los beneficios del ayuno era que Dios respondía
nuestras oraciones, me mostraron algunos versos y contaron experiencias de
respuestas.
Iba a postular a la
universidad por primera vez, así que decidí asegurarme ayunando, y por supuesto
no ingresé, había creído en las experiencias y no en la Biblia que no promete
algo así.
Una experiencia es
algo hermoso pero nunca un punto doctrinal para basar nuestra fe.
Cuanta gente
conozco que le han colocado vellones a Dios, tal como lo hizo Gedeón (Jueces
6:36-40), le colocaron una prueba al Señor y terminaron siendo probados.
Nuestras
experiencias nunca deben la fuente de interpretación de la Biblia sino todo lo
contrario, debemos interpretar nuestras experiencias a la luz de la Biblia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario