miércoles, 5 de noviembre de 2014

Contra los Gnósticos (Colosenses 1 – Biblia Expandida de Fe)


Asì como la Epístola a los Gálatas es una defensa contra los judaizantes y su enseñanza de que la salvación solo se logra con la Ley más Jesucristo; en Colosenses Pablo refuta magistralmente las “enseñanzas ocultas” del gnosticismo, y demostrando que el misterio oculto desde las generaciones es Jesucristo en nosotros, la esperanza de gloria.

Veamos el Capítulo 1 de Colosenses en la Biblia Expandida de Fe

Colosenses 1

1 Pablo, apóstol (mensajero, agente, enviado especial) de Jesucristo (el Salvador Ungido), por la voluntad divina (el plan, propósito y elección de Dios) y el hermano Timoteo,
2 a los santos (creyentes separados y consagrados) y fieles (dignos de confianza, inconmovibles, inquebrantables) hermanos en Cristo (el Ungido) que residen en [la ciudad de] Colosas. Gracia (el favor y la buena voluntad de Dios) y la paz (bienestar integral) de Dios nuestro Padre.
3 Damos gracias siempre a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo (el Salvador Ungido), al orar por ustedes,
4 pues hemos recibido noticias de su fe en Jesucristo (el Salvador Ungido) y del amor (ágape, el amor sobrenatural de Dios) que tienen por todos los santos (los creyentes en Cristo),
5 a causa de la esperanza que está reservada para ustedes en los cielos. De esta esperanza ustedes oyeron antes en la palabra (el mensaje) de verdad del evangelio.
6 Estas buenas noticias que ustedes han recibido y que se extiende en el mundo entero, dando fruto [y continuando creciendo por el poder inherente que lleva en si mismo]. Esto mismo sucede entre ustedes, desde [el día] que oyeron y entendieron la gracia (el favor y la buena voluntad) de Dios en toda su verdad [, es decir, ustedes llegaron a conocer la realidad del favor y la buena voluntad que Dios tiene por ustedes profunda, clara y completamente, de manera que llegó a convertirse en una verdad intima y segura en ustedes],
7 al ser instruidos (enseñados) por Epafras, nuestro amado compañero (consiervo, coesclavo) en el servicio de Dios. Quien es para ustedes un fiel ministro (diácono, servidor) de Cristo (el Ungido),
8 el cual también nos informó acerca del amor (ágape, el amor sobrenatural de Dios) que hay en ustedes en el Espíritu [Santo].
9 Por esta razón, también nosotros, desde el día que lo supimos (lo oímos), no hemos cesado de orar [ofreciendo peticiones] por ustedes, pidiendo específicamente [que reciban el] que sean llenos del [completo y profundo] conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría y comprensión (discernimiento) espiritual,
10 Así podrán comportarse [y vivir] de una manera digna del Señor, agradándolo (complaciéndolo) completamente en todo, fructificando en toda clase de obras buenas y progresando (incrementando) en el pleno conocimiento de Dios.
11 y ser fortalecidos [y llenos de energía] con toda la fuerza y energía propia del poder manifiesto de Su gloria, para obtener toda perseverancia y paciencia en toda situación con gozo,
12 dando gracias al Padre, que los ha facultado (capacitado, hecho idóneos) para participar (tener una porción) de la herencia de los santos (creyentes en Cristo) en [el reino de la] luz.
13 Quien nos libró (rescató, sacó) [de la tiranía] del poder [y autoridad] de las tinieblas y nos trasladó al Reino de Su amado Hijo,
14 en quien tenemos redención [o liberación mediante el pago de un precio que fue la sangre de Jesús]: la remisión (o perdón) de los pecados.
15 El (Cristo) es la imagen (reproducción exacta y manifestación visible) del Dios invisible, el primogénito de toda creación [por tener prioridad y soberanía sobre ella].
16 porque en Él fueron creadas todas las cosas en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios (poderes, gobernadores), principados (gobernantes) o autoridades (influencias delegadas, potestades): todas las cosas han sido creadas por medio de Él y para Él.
17 Y Él (Cristo) es [y ha existido] antes de todas las cosas, y en El todas las cosas subsisten [y permanecen].
18 Él es también la cabeza de Su Cuerpo que es la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que en todas las cosas tenga y ocupe el lugar de preeminencia.
19 Porque le agradó al Padre que en Él (Cristo) habitara permanentemente toda la plenitud (de la Deidad),
20 y, por medio de Él (Cristo), reconciliar totalmente consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz;
21 y también a ustedes, que en otro tiempo estaban alejados de Dios y que eran sus enemigos, por tener la mente ocupada en las malas obras y tener una actitud hostil.
22 Pero ahora, Dios los ha reconciliado en Cristo en Su cuerpo de carne, entregándolo a la muerte, a fin de que ustedes pudieran presentarse delante de Él como una ofrenda santa, sin mancha e irreprensibles.
23 y esto hará Él si es que en verdad permanecen bien cimentados y constantes en la fe [en Cristo], sin moverse de la esperanza del evangelio que ustedes han oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro (servidor).
24 Ahora me alegro de sufrir por ustedes, pues así voy completando en mi propio cuerpo los sufrimientos de Cristo (el Ungido), por causa de Su cuerpo, que es la Iglesia.
25 De la cual yo fui constituido ministro, porque de acuerdo con el mayordomía (dispensación, plan, administración) de Dios, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios,
26 el misterio (secreto) que estuvo oculto desde los siglos y generaciones [tanto de los ángeles como de los hombres], pero que ahora ha sido manifestado a sus santos (los creyentes en Cristo).
27 A quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio (secreto) entre los Gentiles (las personas que no son Judías), que es Cristo (el Ungido) en ustedes, la esperanza de gloria.
28 A este Cristo (el Ungido) predicamos (proclamamos), aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos maduros (completamente crecidos, completos, perfectos) en Él.
29 Con este fin también trabajo constantemente, esforzándome según la operación de Su poder milagroso que obra poderosamente (y de manera sobrehumana) en mí.


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