1 Tesalonicenses 1:8-9 (Biblia Expandida)
8 Porque la Palabra concerniente y procedente del Señor ha resonado inconfundiblemente no solo en Macedonia y Acaya, sino por todas partes se ha difundido el testimonio de su fe en Dios. Así que no necesitamos decirle a la gente nada.
9 Porque ellos mismos voluntariamente testifican y cuentan de lo bien que nos recibieron ustedes, y de cómo se convirtieron a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.
En estos versículos vemos como el testimonio de los creyentes tesalonicenses había traspasado fronteras, la gente hablaba de cuan hospedadores eran y de la conversión que habían tenido.
Adam Clarke escribe de como se difundió el testimonio de la fe en Dios de los tesalonicenses: "Ha resonado de ustedes: como Tesalónica estaba muy bien situada para el tráfico, muchos comerciantes de allí comerciaban a través de Macedonia, Acaya y diferentes partes de Grecia. Por estos, la fama de los tesalonicenses que habían recibido la doctrina del Evangelio sin duda se difundió por todas partes. Y parece que habían caminado tan concienzudamente ante Dios y el hombre, que sus amigos podían hablar de ellos sin sonrojarse, y sus adversarios no podían decir nada para su desgracia."
La gente que pasaba por Tesalónica y los que lo oían daban testimonio de ellos.
Albert Barnes dice de esto: "Porque ellos mismos, los que los habían visitado y los que habían sido enviados; todas las personas daban testimonio de su piedad. El apóstol parece referirse a todos los que habían conocido o de los que había oído hablar "en todos los lugares", que dijeron algo sobre los tesalonicenses. Fueron unánimes en dar testimonio de su fidelidad y piedad."
El testimonio que daban era la forma como se habían convertido, como habían dejado sus creencias antiguas para servir a Dios.
Adam Clarke dice de esto: "Cómo se convirtieron a Dios de los ídolos - Esto no se podía decir ni de los judíos ni de las personas devotas, sino de los paganos griegos, y de tales parece que se formó la mayoría de la Iglesia."
Esto fue muy diferente a lo que que pasó en Atenas donde la gente se burlo de Pablo y y hubieron pocos convertidos (Hechos 17:16-34).
Finalmente vemos que los tesalonicenses no solo dejaron la adoración a los dioses griegos sino que decidieron servir a nuestro Dios.
Woolvord escribe: "Los tesalonicenses habían elegido servir al Dios vivo y verdadero en lugar de servir a las criaturas de Dios o poderes satánicos. El hecho de que Dios es una Persona viva era precioso para los judíos y para Pablo; esta es la característica por la cual Dios se distingue con mayor frecuencia de los llamados dioses en el Antiguo Testamento. Él es el único Dios vivo; todos los demás dioses no están vivos y, por lo tanto, no son objetos dignos de adoración."
Podemos aprender de los tesalonicenses que debemos dejar atrás las cosas que nos atan al pasado para que la gente pueda dar testimonio del cambio que Dios hizo en nuestras vidas al nacer de nuevo.
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