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sábado, 3 de septiembre de 2016

Aimee Semple McPherson: Su vida contada por ella (video)


Aimee Semple McPherson fue una poderosa mujer de Dios; misionera, evangelista, pastora y fundadora de la Iglesia Cuadrangular.

En este video de 1939 nos relata la historia de su vida y ministerio. Los animo a verlo que es realmente impactante.


domingo, 18 de mayo de 2014

El desgarrador testimonio de un joven torturado en Venezuela

El desgarrador testimonio de un joven torturado en Venezuela

Juan Carrasco sufrió uno de los más atroces actos de tortura cometidos por la policía venezolana al ser violado con un fusil

El desgarrador testimonio de un joven torturado en Venezuela
Ya yo no podía ni hablar, pero vino otro guardia y me dijo: ‘¿Qué haces tú aquí?’. Le dije que por protestar; me dio tantos golpes que la silla de aluminio en la que estaba sentado, se reventó, recuerda, Juan Manuel Carrasco, quien aún parece seguir en estado de shock. (Foto: Twitter)

Valencia (El Tiempo de Colombia / GDA). Juan Manuel Carrasco tiene 21 años, pero habla con el temple de alguien mayor. Fue detenido el 13 de febrero en Valencia, cuando recién empezaba la ola de protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro. Su caso, reseñado en los últimos informes de Amnistía Internacional y Human Rights Watch, es uno de los más escalofriantes, pues ilustra hasta dónde ha llegado la brutalidad policial y militar en Venezuela.

Arropado por su familia y amigos, denuncia que fue violado la misma noche de su detención y golpeado hasta la inconsciencia. Ya no tiene arresto domiciliario, pero enfrenta cargos por protestar. Asegura que la suya fue una manifestación pacífica. Hasta hace poco recibía amenazas, por eso no sale solo.

Este es el relato de su detención para "El Tiempo".

“Me paré a las nueve (del 13 de febrero) y les dije a mis hermanas que me iba para el shopping, donde estaba una manifestación. Llegamos como a las diez y media y ahí estuvimos todo el día, pacíficamente, hasta las seis de la tarde. Llevamos agua que compramos para darle a la gente que estaba allí. Como a las cinco, mi hermana me habló para irnos y le dije que no, que me quedaba. Ella me insistió, pero le dije, ‘yo me quedo’, porque ya estoy harto de la situación del país, de la economía, del hampa, de la corrupción y uno no tiene que quedarse callado y ya.

Entonces mis hermanas se van y yo me quedo caminando. A las dos horas me voy a El Trigal –otro sitio de protesta emblemático en Valencia– con unos amigos. No se había quemado nada, nunca se quemó nada, ni una gandola (camión), nada, como dijeron.

La Guardia Nacional (Bolivariana) llegó casi a las diez. Yo estaba con una amiga, salí corriendo con ella y otros muchachos hacia el carro de Jorge (León, un amigo, sobrino de un magistrado). A ella la tiré en un monte para que no la agarraran porque no podía correr más. Seguí corriendo y, cuando me monté en el carro, volteé y vi que venía una chama –que se llama Carla–; me bajé del vehículo, la monté en el carro y la protegí. Llegó la Guardia y nos partió los vidrios. Bajaron a Jorge primero, después a los otros dos. Cuando me bajé por la otra puerta, la Guardia nos resumió a golpes.

Nos maldecían, nos decían que nos íbamos a morir, que ni rezáramos ‘por el maldito Dios’. Eran 30 guardias, porque había 15 motos y dos guardias en cada una. Nos robaron los teléfonos y a ellos, un dinero en efectivo. Yo andaba nada más con la cédula.

INCONSCIENTE TRES VECES
Luego de ahí, otros guardias bajaron con un garrafón de gasolina y se lo echaron al carro en que andábamos, un Aveo, y nos decían: ‘Mira cómo ustedes queman su propio carro’. El carro era de Jorge, y detrás había un Optra negro, que nada tenía que ver con la protesta... Agarraron y también le echaron gasolina y lo prendieron.

Diagonal a donde estaban los carros había un árbol grande. Nos llevaron allá, nos tiraron al piso y nos empezaron a pegar. Nos pegaban con la culata del arma, con tubos; a mí me brincaron en la cabeza. Quedé inconsciente tres veces.

De ahí nos llevaron al distribuidor El Trigal a punta de golpes. Nos seguían maldiciendo. Nos hicieron poner en posición fetal. Trajeron otro grupo de detenidos. Yo andaba con jeans, y, de tanto correr, se me bajaron un poco (se señala la cadera). Estando en posición fetal se me bajaron más porque tenía un bóxer, que lo que hizo fue resbalar más el pantalón. Nos empezaron a decir que nos iban a violar. Jorge se puso a pedir que nos llevaran a una clínica. Lo golpearon en la cabeza y le fracturaron el cráneo.

A mí me bajaron los bóxer y, no sé si fue con un fusil, lo que yo sí sé es que fue con una punta de hierro que me forzaron y me reventaron. Cuando tenía que hacer mis necesidades, luego, eran bolas de sangre lo que yo botaba… A los otros detenidos les pasaban las motos por las piernas. Luego, nos montaron en un jeep de la Guardia y después en un convoy, pero, antes, uno de los soldados le dijo a otro: pásame un trapo con gasolina para limpiar la sangre. Tenía las piernas acalambradas.

Cuando llegamos al destacamento no podía pararme de donde estaba. Me bajé como pude. Uno de los guardias le dijo a los otros: ‘A este ya no le peguen más porque lo vamos a reventar’, pero vino uno, me pegó una patada en la espalda, y nos siguieron pegando. Sentía impotencia, quería matarlos, pero también rezaba y sólo pensaba en ver a mi mamá y a mi papá. Claro que identifiqué a varios guardias, está el sargento Blanco, ahí tengo los nombres.

Luego, nos llevaron a un baño y nos desnudaron. Un tal teniente Verdú nos dijo, otra vez, que nos iban a violar. Nos metieron uno por uno en la regadera, prácticamente por cinco segundos y nos sacaron. Cuando nos mandaron a vestir, lo hice como pude pues no podía agacharme. Salió uno de los guardias y me dijo ‘tú te quedas aquí’. Cuando pregunté por qué, me metieron un cachazo con el arma y decidí callarme. Luego, vino una guardia y me dio un vaso de agua con un Ibuprofeno.

Ella dijo que nos dejaran de pegar. Luego, por lo menos a mí, por un momento, me dejaron quieto, pero los demás me contaron que les echaron bombas lacrimógenas y a uno de los muchachos, Osvaldo Torres, le partieron un casco en la cabeza.

Ya yo no podía ni hablar, pero vino otro guardia y me dijo: ‘¿Qué haces tú aquí?’. Le dije que por protestar; me dio tantos golpes que la silla de aluminio en la que estaba sentado, se reventó.

Al día siguiente, llegaron las fiscales y nunca nos dejaron hablar con ellas. Llegaron los médicos forenses, nos hicieron unos análisis, nos mandaron reposo. En ese análisis, quedó constancia de la violación. A mí me explicaron que el ano tiene ‘rayitas’, como si fuera un reloj, y yo tenía lesiones como de la nueve a las seis.

"QUE ME CALLE LA BOCA"
El día quince, el día de la audiencia, supuestamente, nos iban a llevar al Palacio de Justicia pero nos llevaron otra vez al CICPC (policía científica) para hacernos otra reseña –el día anterior nos habían hecho una reseña allí, en el destacamento–, y volvieron a golpearnos. Nos regresaron y había una juez y unos fiscales. Los fiscales mandaron a callar a la juez. Eso fue una mamadera de gallo total, había guardias en la cocina, afuera de la sala, todos armados. Me pusieron en arresto domiciliario.

A los ocho días, por intermediación del consulado español (es hijo de un español), pude ir a una clínica. Allí estuve dos noches. Cuando me trasladaron, había nueve patrullas, como si yo fuera el peor narco. Pasaron los días y veíamos, en la casa, cómo pasaban los guardias, tomaban fotos, luego la fiscal 28 de derechos humanos –Caroli Montero– vino y me dijo que no declarara más, que me callara la boca.

Ya la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, había dicho que lo de mi violación era mentira. Yo seguí declarando, nunca tuve acceso a mi expediente (hace poco pudo verlo su madre, son más de 400 folios) y hoy tampoco tengo acceso. Cuando lo tenga, lo llevaré al consulado español y voy a hacer una contrademanda al Gobierno.

Decidí contarlo porque eso no me hace menos hombre, quiero dar la cara y luchar, yo no me voy a rendir. Jorge y Carla están fuera del país. Joshua, el otro chamo que estaba allí, ya está pidiendo asilo en otro país. Entonces ¿tengo que tener plata o ser alguien importante para salir de este peo?, ¿para que me den mi expediente?, ¿para ser libre? O sea, aquí, en Venezuela, si no eres nadie, no tienes plata: jódete. Por eso salí a protestar y si pudiera, lo volvería a hacer”.

miércoles, 2 de abril de 2014

El dramático testimonio de un padre cuya hija se suicidó por ciberacoso

El dramático testimonio de un padre cuya hija se suicidó por ciberacoso

Golda Arthur 
Glen Canning es un hombre atormentado por el dolor.
Hace un año, suhija Rehtaeh Parsons, de 17 años, se suicidó.
Rehtaeh Parsons
Rehtaeh Parsons fue atacada a los 15 años.
Ahora está decidido a hablar sobre las circunstancias de su muerte.
Rehtaeh tenía 15 años cuando presuntamente sufrió un ataque sexual por parte de cuatro chicos en la provincia de Nueva Escocia, Canadá, en noviembre de 2011. Uno de ellos tomó una foto del incidente, que se difundió por la escuela y llegó a internet. A eso le siguieron meses de acoso cibernético, lo que culminó en su suicidio.
"Es muy frustrante ser padre de una hija que ha sido violada", dice Canning.
"Era su papá. Se supone que tenía que ser el hombre de su vida, que la ayudara, la guiara y la salvara, y que ocurra algo así y mantener la compostura sin hacerle aún más daño es muy duro", dice Canning.

Demasiado tarde

Después de su muerte, dos chicos fueron acusados de posesión y distribución de pornografía infantil. Fueron declarados no culpables y hay una causa legal en curso. Pero para muchos ya es demasiado poco y demasiado tarde.
La indignación pública después del suicidio de Rehtaeh puso el foco en la inacción de la policía, tanto después de la presunta violación como tras el acoso. Presionados, los legisladores de Nueva Escocia diseñaron rápidamente una ley para combatir la intimidación cibernética.
La Ley de Seguridad Cibernética, aprobada en 2013, les permite a las víctimas reportar casos de acoso cibernético a la policía, obtener una orden de protección e incluso llevar al abusador a los tribunales. Clarifica el papel de los directores de escuela y hace a los padres responsables de las acciones de los menores de 18 años.
La ley de Nueva Escocia motivó la creación de la primera unidad policial que trata exclusivamente denuncias de acoso cibernético. La unidad recibe 25 llamadas al día y desde su creación, en septiembre, ha trabajado en 153 casos.
El policía veterano Roger Merrick dirige la unidad y dice que el trabajo de policía es apenas el 50% del trabajo de su equipo. La otra mitad es hablar con los estudiantes sobre cómo prevenir el ciberacoso.
Sus oficiales procuran mantener los casos fuera de los tribunales y resolver las quejas de manera informal. En la mayoría de los casos, visitar al matón en cuestión y hacerle una advertencia formal es suficiente.
En casos más extremos, los investigadores pueden pedirle a un juez de la Corte Suprema una orden de prevención que prohíba cualquier comunicación entre el agresor y la víctima. Una violación de esta orden judicial puede llevar a multas elevadas o la cárcel.
La legislación también hace un llamado a los padres a supervisar "responsablemente" las actividades online de sus hijos, a pesar de que, en la práctica, pueden saber menos sobre las redes sociales que los jóvenes.
Rehtaeh Parsons
La muerte de Parsons causó conmoción en Canadá.
"Tomamos la mano de nuestros hijos cuando cruzamos la carretera, hablamos con ellos sobre el peligro de hablar con extraños. Y luego les damos una computadora y los dejamos solos. Ya no podemos fingir que no sabemos sobre el lado oscuro de internet", dice Merrick.
A nivel nacional, el Parlamento canadiense está debatiendo una ley de protección contra los delitos en internet que se podría aprobar en las próximas semanas. El proyecto de ley convierte en delito compartir imágenes íntimas sin el consentimiento de la persona que aparece en la imagen.
El proyecto de ley fue propuesto en respuesta a la muerte de Rehtaeh Parsons y Amanda Todd, una mujer de la Columbia Británica que se suicidó después de ser acosada en línea y en persona.

Críticas

Los críticos temen que el proyecto de ley infrinja el derecho a la privacidad.
Y no todo el mundo está a favor de la ley de Nueva Escocia.
El Jones, una educadora y poeta aclamada de Halifax, elogia la ley por su énfasis en las consecuencias, pero critica el hecho de criminalizar a los niños, muchos de los cuales pueden haber sido acosados.
"Necesitamos educación", dice Jones. "No podemos terminar el problema con una ley y pensar que va resolverlo por nosotros".
Ella quiere una mejor educación sexual, en la que a los niños se les enseñe la importancia del consentimiento y a las niñas a entender que no están obligadas a estar de acuerdo con tener relaciones sexuales.
El padre de Rehtaeh pasa mucho tiempo pensando en los jóvenes en estos días.
"Hemos creado un monstruo, y ese monstruo son nuestros jóvenes, que no tienen idea de cómo tratar a las mujeres", dice Canning . "Ellos no tienen idea de cómo ser un héroe. No tienen ni idea de cómo ser padre".
Es debido a su crueldad, dice, que ya no tiene a su hija.

Otras muertes asociadas a la intimidación cibernética


Hannah Smith, Izzy Dix y Rebecca Sedwick.

  • Hannah Smith, 14 años: se suicidó luego de que la intimidaran por internet por su peso.
  • Izzy Dix, 14 años: Su familia citó el ciberacoso como un factor importante en su suicidio en Devon (Inglaterra), pero una investigación no encontró ninguna evidencia.
  • Nadia, 14 años: la adolescente italiana que se hacía llamar Amnesia se lanzó al vacío después de romper con su novio y recibió mensajes de odio cuando buscaba apoyo en línea.
  • Rebecca Sedwick, 12 años: se suicidó en Florida después de sufrir persistente acoso en línea de dos niñas. Los cargos criminales en contra de las dos niñas fueron retirados y reemplazados con terapia, pero antes un juez reveló sus nombres públicamente, lo cual es inusual en menores.
  • Megan Meier, 13 años: fue el blanco de la madre de una compañera de clase que se hizo pasar en internet por una pretendiente adolescente. Meier se ahorcó después de que la "relación " virtual terminara. Lori Drew, de 50 años, fue declarada culpable de delitos menores por violar los términos de uso de MySpace, pero absuelta de cargos más graves.
  • Phoebe Prince, 15 años: esta inmigrante irlandesa en EE.UU. se suicidó después de sufrir intimidación persistente. Cinco adolescentes recibieron libertad condicional a cambio de servicio comunitario obligatorio en relación con su muerte.

jueves, 13 de febrero de 2014

(VIDEO) Ex travesti y ahora pastor cuenta su testimonio en la TV dominicana

Ex travesti y ahora pastor cuenta su testimonio en la TV dominicana

Su nombre es Julio César Santana, de San Pedro de Macorís, hace diez años era conocido como Nicole. En el reportaje realizado por el programa dominicano Zona 5, Santana, testifica cómo había caído en la droga, la prostitución, sufriendo maltrato...


NoticiaCristiana.com

Ex travesti y ahora pastor cuenta su testimonio en la TV dominicana

Un joven de 37 años de edad atrajo la atención de un medio secular pues testifica que si se puede abandonar la vida de travesti y cambiar su vida con la ayuda de Dios.

Su nombre es Julio César Santana, de San Pedro de Macorís, hace diez años era conocido como Nicole. En el reportaje realizado por el programa dominicano Zona 5, Santana, testifica cómo había caído en la droga, la prostitución, sufriendo maltrato, menosprecio y abusos sexuales hasta el grado de casi ser asesinado por sus abusadores.

Aunque aparecen muchos testigos entre ellos amigos, afirmando que Santana es ahora un hombre nuevo, la renuncia a la vida homosexual sigue siendo un tema polémico y muy debatido porque según el psiquiatra César Mella, ser gay no es una enfermedad, sino una preferencia sexual y aunque algunos deciden retirarse, según Mella, no pueden desaparecer su condición homosexual.

Julio César Santana, quien ahora es pastor en el Ministerio Internacional Transformados por Cristo, dijo que el principio de su conversión fue cuando en un hospital nadie quería atenderlo por ser homosexual y una mujer cristiana se compadeció de él y dijo “aquí hay un joven homosexual que necesita de Dios y le dijo: ¡Cristo te ama!”. Esa fueron palabras impactantes para Santana para decidir entregar su vida a Jesús y servirle ahora como pastor. A continuación vea el reportaje: