martes, 13 de octubre de 2020

Las 24 Leyes de la Hermenéutica - Clase 8 - Las Reglas de la Hermenéutica - Quinta Parte

 

Clase 8
Las Reglas de la Hermenéutica
Quinta Parte
 
PRINCIPIOS HISTÓRICOS DE INTERPRETACIÓN
 
Los principios históricos de interpretación tienen relación con el trasfondo histórico del texto bíblico.

¿Para quién y por quién fue escrito el libro? ¿Por qué fue escrito y qué influencia tuvo el escenario histórico del momento en la formación del libro? ¿Cuáles son las costumbres y el ambiente de la gente de aquel entonces?
 
Estas son algunas de las preguntas que trataremos de responder cuando consideremos el aspecto histórico de nuestro estudio.
 
REGLA #18
YA QUE LAS ESCRITURAS VIERON LA LUZ EN CONTEXTOS HISTÓRICOS CONCRETOS, SÓLO PODRÁN ENTENDERSE PLENAMENTE A LA LUZ DE LA HISTORIA BÍBLICA
 
Al empezar a estudiar un pasaje de la Biblia, debemos vestirnos de periodistas y empezar un proceso de investigación del pasaje.
 
¿Para quién fue escrita este libro?
 
 ¿Qué podemos saber respecto al escritor: ambiente, preparación, etc.?
 
¿Qué experiencia o situación dio origen al mensaje?
 
¿Cuáles son los personajes principales del libro?
 
Nuestro objetivo es colocarnos en el escenario de la época en que se escribió el libro y compartir las experiencias de la gente de entonces.
 
Debemos tratar de percibir que era lo que motivaba y empujaba al autor lo que estaba escribiendo.
 
Por ejemplo, el conocer un poco de la historia de la iglesia nos ayudará a entender mejor el propósito de la Primera Epístola de Juan y de paso entender la importancia de este principio.
 
En el primer siglo de la iglesia, aproximadamente en el año 70 DC., aparece el movimiento docetista, este era una secta gnóstica que decía que Jesús no había venido en carne sino que solo se había “aparecido”, que era una especie de imagen proyectada; incluso decían que la resurrección en realidad había sido una especie de imagen y no algo físico.
 
No hay duda que cuando Juan escribe en el primer verso de su Primera Epístola: “Lo que era desde el principio,  lo que hemos oído,  lo que hemos visto con nuestros ojos,  lo que hemos contemplado,  y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida”.
 
En contraposición con esta doctrina de demonios Juan dice que él ha oído, visto y tocado a Jesucristo.
 
Pero él va más allá en los versos 2 y 3 del capítulo 4 de esa Epístola: “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.”
 
Nuevamente condena la doctrina docetista cuando dice que todo espíritu (otras versiones dicen profeta) que confiera que Jesucristo vino en carne es de Dios y el que confiesa que no ha venido en carne; que era esta lo que decía esta doctrina, no es de Dios.
 
Y en su Segunda Epístola, en el verso 7, sigue con el tema, ya de manera más directa: “Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.”
 
Entonces, vemos que para poder interpretar correctamente la Epístola necesitamos conocer los antecedentes históricos.
 
Lo mismo sucede con el resto de la Biblia, debemos conocer el contexto histórico, lo cual nos ayudará a profundizar lo que estamos estudiando.
 
REGLA #19
AUNQUE LA REVELACIÓN DE DIOS EN LAS ESCRITURAS ES PROGRESIVA, TANTO EL ANTIGUO COMO EL NUEVO TESTAMENTO SON PARTES ESENCIALES DE ESTA REVELACIÓN Y CONFORMAN UNA UNIDAD.
 
Mucha gente dice: "El Dios del Antiguo Testamento [Jehová] es distinto del Dios presentado en el Nuevo. En el Antiguo Testamento se le ve tan malo, mientras que en el Nuevo vemos a un Dios lleno de gracia y amor".
 
Este es un punto de vista bastante común pero que no se basa en hechos reales. Si llega a influir en nuestro modo de pensar nos desviaría de la interpretación correcta de las Escrituras; y quizás terminaríamos pensando como las sectas que rechazan la condenación eterna y el infierno.
 
Un sencillo ejemplo nos demuestra la falacia de esta forma de pensar: Jesús habló más respecto al infierno y al juicio de Dios que cualquier otro en toda la Biblia.
 
El Antiguo Testamento levanta el escenario en el que adquieren su verdadera dimensión los hechos del Nuevo; da el marco esencial para la correcta interpretación del Nuevo Testamento.
 
Difícilmente entenderemos de qué está hablando el Nuevo Testamento si no estamos familiarizados con el relato que hace el Antiguo Testamento de tales eventos como la creación y la caída en pecado del hombre.
 
Por eso al leer la Biblia debemos leerla como un todo, sabiendo que cada Testamento es complemento del otro.
 
La revelación que Dios hace de sí mismo es progresiva al leer la Biblia de principio a fin, pero su forma de ser, su carácter, no cambia.
 
El gran plan redentor de Dios es el mismo en ambos testamentos. Al estudiar la Biblia puedes considerar que son dos partes de un mismo libro, y no dos libros separados.
 
REGLA # 20
LOS HECHOS O SUCESOS HISTÓRICOS SE CONVIERTEN EN SÍMBOLOS DE VERDADES ESPIRITUALES SOLAMENTE SI LAS PROPIAS ESCRITURAS ASÍ LO ESPECIFICAN
 
La Real Academia de la lengua define la palabra símbolo como "la imagen, figura o divisa con que se representa materialmente o de palabra un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen".
 
Aunque hay matices de significado que diferencian a las palabras símbolo, tipo, alegoría, símil, y metáfora entre sí, tienen lo bastante en común como para que las tomemos aquí bajo un sólo concepto.
 
Esta regla se aplica a todas ellas ya que se usan con frecuencia como representaciones visibles de algo invisible.
 
En Primera Corintios 10, Pablo nos da un ejemplo del uso bíblico de un suceso histórico como símbolo de una verdad espiritual:
 
1 Corintios 10:1-11
1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;
2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,
3 y todos comieron el mismo alimento espiritual,
4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
6 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
7 Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.
8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.
9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.
10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.
11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
 
Aquí Pablo nos dice que todo lo que pasó Israel en el desierto fue un ejemplo para nosotros.
 
Este pasaje específico podemos interpretarlo así debido a que Pablo dio esa explicación bajo la inspiración del Espíritu Santo; pero no debemos aprovechar para alegorizar todas las Escrituras; ese es un problema de muchas sectas, que alegorizan todo lo que dice la Biblia sin darse cuenta que debemos leerla como está escrita.
 
Esta regla es la debemos usar para aplicarla a las alegorías.
 
Por ejemplo; cuando Pablo desarrolló su tema de la justificación por la fe en Cristo Jesús aparte de la Ley, Epístola a los Gálatas, se vale de una alegoría para enfatizar su argumento.
 
No solamente alegoriza a Sara y Agar, sino que nos dice que lo está haciendo: "Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar" (Gálatas 4:22-24).
 
Pablo elaboró estas interpretaciones del Antiguo Testamento bajo la inspiración del Espíritu Santo; pero no era algo que hiciera todo el tiempo; lo hacía sólo por razones específicas.
 
Pero si nosotros empezamos alegorizar todos los hechos históricos estaríamos desvirtuando la interpretación literal de la Biblia y alterando los propósitos de su autor.
 
El objetivo del estudio bíblico es comprender el significado que tuvo en mente el escritor y no meter en sus palabras nuestras propias ideas en cuanto a su significado.
 
Nuestra aplicación siempre debe surgir naturalmente, sin ser forzada, del suceso o hecho histórico sin cambiar para nada el significado que tuvo en mente el escritor.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario