lunes, 31 de agosto de 2020

Siete Razones Bíblicas por las que creo en el Rapto antes de la Gran Tribulación


Siete Razones Bíblicas por las que creo en el Rapto antes de la Gran Tribulación

Este es un debate que ya tiene bastante tiempo, no es un punto claro pues la Biblia nos da argumentos para creer que el Rapto podría ser, antes, a la mitad, al final de la Gran Tribulación o sencillamente no haber.

Sin embargo, al estudiar la Biblia veo que más pesa la enseñanza de que si habrá un Rapto anterior a la Gran Tribulación, hay muchas razones pero solo les daré siete.


Razón 1: La Gran Tribulación NO ES para la iglesia

Apocalipsis 3:10
10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

Aquí nos dice de habrá una "hora de prueba" que vendrá sobre el mundo entero para PROBAR a los que moran sobre la tierra.

Este tiempo se refiere a la Gran Tribulación, donde habrá guerras, hambres, enfermedades, muertes y calamidades como nunca antes.

Dios no prueba a Sus hijos con estas calamidades, lo hace con Su Palabra (2 Timoteo 3:16-17).

Si la iglesia tuviese que pasar por esta prueba tendríamos todo derecho a decir que todas las cosas malas que vienen contra nosotros vienen de Dios, y que no son ataques del diablo.

Notemos que nuestro pasaje dice: "Te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero."

"La prueba" de la que está hablando es la Gran Tribulación, que empieza a describir en los capítulos siguientes de Apocalipsis.

Dios nos guardará de la prueba que viene sobre el mundo entero; ¿cómo? por medio del Rapto de la iglesia antes de que empiece la Gran Tribulación.


Razón 2: En las grandes horas de prueba Dios siempre guardo a Su gente

2 Pedro 2:4-9
4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;
5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;
6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente,
7 y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados
8 (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),
9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio.

En este pasaje Pedro nos habla de 2 grandes juicios que vinieron sobre los hombres (y uno sobre los ángeles).

Vemos el diluvio y la destrucción de Sodoma y Gomorra; en los dos casos vemos una destrucción masiva, y vemos a Dios librando solamente a los suyos, guardándolos de esos 2 juicios.

Jesús nos habló también de esto:

En Mateo 24:37-39 dijo: "Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre"; y en Lucas 17:28-30: “Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste”.

En estas 2 grandes "horas de prueba" Dios no dejó a Noé en el diluvio, ni a Lot en Sodoma y Gomorra, los sacó de ahí, justo antes que sucedan.

Como Dios no ha cambiado Su manera de actuar, el guardarnos de la hora de la prueba será sacarnos de este mundo inmediatamente antes que suceda la Gran Tribulación.


Razón 3: La Iglesia no se menciona en Apocalipsis durante la Gran Tribulación

Apocalipsis 1:19
19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.

Jesús le dijo a Juan que escriba acerca de tres cosas: (1) Las cosas que vio. (2) Las cosas que son. (3) Las cosas que serán después de estas.

Las cosas que son es o que acaba de mostrarle, a Jesús glorificado después de haber terminado Su obra y haberse sentado a la diestra de Dios. Además el efecto que ha producido en nosotros, los que creemos en Él.

Es interesante lo que dice en 1 Juan 1:1-3: "Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo."

Luego le dice que escribe de las cosas que son; esto se describe en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis y nos hablan del tiempo de la iglesia, o como otros lo llaman el tiempo de la gracia o la dispensación de los gentiles o del Espíritu Santo.

Es el tiempo que vivió Juan y el que vivimos hoy.

Lo tercero que le dice que escriba son las cosas que serán después de estas; lo cual se refiere a la Gran Tribulación (del capítulo 4 al 19), y los demás acontecimientos futuros.

En el primer versículo del capítulo 4 se ve la última mención de la iglesia hasta la Segunda Venida de Jesucristo en el capítulo 19.

Apocalipsis 4:1
1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.

Vemos que terminado el tiempo de la iglesia empieza el tiempo de la Gran Tribulación donde la iglesia no se encuentra.


Razón 4: El tiempo de Israel y el tiempo de los Gentiles

Daniel 9:20-27
20 Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;
21 aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.
22 Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.
23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.
24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.
25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.
27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

Daniel estaba orando por su pueblo, por Israel, que se encuentra cautivo lejos de la tierra de la promesa. Dios le envió al ángel Gabriel para decirle que Jerusalén sería reedificada y darle el orden delos tiempos que vendrían por delante.

Para entender esta profecía debemos entender que cuando habla de semanas está hablando de periodos de 7 años.

Cuando Jacob trabajo por sus esposas, el tiempo asignado fue de una semana, la cual representaba 7 años. Puedes leer la historia en Génesis 29.

Dios le muestra un periodo de 70 semanas o 490 años que sería el tiempo de Israel. En este tiempo se muestra un periodo de 69 semanas (483 años) hasta la muerte del Mesías y de ahí un intervalo de tiempo hasta la semana 70, que es el periodo de la Gran Tribulación.

El tiempo de intervalo entre la semana 69 y 70 es el periodo que vivimos hoy, el tiempo de la iglesia, el cual terminará cuando sea el Rapto y vuelva a empezar el tiempo de Israel, en su semana final, es decir, la Gran Tribulación.


Razón 5: Él que Detiene la Aparición del Anticristo

2 Tesalonicenses 2:3-8 
3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
5 ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?
6 Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.
7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.
8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.

El Anticristo es una persona muy conocida en la cultura popular, le ha dicho que son personas específicas o instituciones a lo largo de los siglos.

Lo que es un hecho que es una persona que existirá, que no sabemos quien es, pero que se manifestará durante la Gran Tribulación.

De este personaje se nos dice que hay alguien que lo detiene, el consenso es que es el Espíritu Santo. Mientras el Espíritu Santo esté en esta tierra durante Su dispensación o periodo no se podrá manifestar el Anticristo, pero al ser quitado, lo será.

Ahora, si el Espíritu Santo se va, nosotros nos vamos con Él, ya que el Espíritu Santo está en nosotros, los creyentes en Cristo.


Razón 6: El Hecho que el Rapto y la Segunda Venida sean Dos Hechos Diferentes

1 Tesalonicenses 4:16-17
16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Zacarías 14:1-4
1 He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos.
2 Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.
3 Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla.
4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.

Aquí vemos dos acontecimientos diferentes, la primera es el Rapto de la Iglesia, veamos que Jesús no toca tierra en esta ocasión sino que recibe a Su iglesia en las nubes; pero en el segundo acontecimiento (el cual se ve también en Apocalipsis 19:11-19) vemos a Jesús regresando a la tierra, e incluso afirmando sus pies en el monte de los Olivos.

De ahí vemos que el Rapto es un acontecimiento diferente y anterior a la Segunda Venida de Jesucristo.


Razón 7: ¿A Quién Esperamos?

1 Tesalonicenses 1:8-10
8 Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada;
9 porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,
10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

Los Tesalonicenses si que sabían, ellos no estaban esperando que empezase la ira venidera (la Gran Tribulación), sino a Jesús quien nos libra de ella.

Igualmente nosotros no debemos esperar que ocurra la Gran Tribulación sino esperar ser librados de ella en el Rapto.


Conclusión

Estás son solo siete de las razones bíblicas por las que creo en el rapto antes de la Gran Tribulación, en otros artículos posteriores hablaré más del tema.

domingo, 30 de agosto de 2020

Una conversación por el facebook



Al participar en los grupos del Facebook se tienen muchas conversaciones muy interesantes en las cuales puedes descubrir muchas herejías encubiertas. 

Aquí he mezclado dos conversaciones que tuve, empezando por una en la que me acusaron de ser "biblista", aunque esa palabra no existe en español me sentí muy honrado que me llamen así.

Aquí se las dejo:

Pseudo Hermano: "Así que eres un biblista...."

Yo: "Por supuesto que si."

"Pero Jesús nunca citó el Antiguo Testamento...."

"¿No te acuerdas las tres veces que Jesús le citó el Antiguo Testamento al diablo en Lucas 4?"

"Ah, pero yo no necesito 'ese libro' porque tengo al Espíritu Santo"

"Si no tuvieras lo que llamas 'ese libro' ni siquiera sabrías de la existencia del Espíritu Santo."

"Pero yo tengo palabra de Dios y no necesito la Biblia."

"Yo tengo La Palabra de Dios, que consta de 66 libros y se llama la Biblia."

"Ya no voy a decirte nada porque no hablo con niños."

"Prefiero ser un niño que ser un hereje."

Andrew Wommack enseña sobre el Infierno y el Universalismo

Recientemente me he encontrado con la sorpresa que algunos ministros, que en un tiempo fueron sólidos en las Escrituras, incluso alguno mi maestro de la Escuela Bíblica se han desviado, y empezado a negar la existencia del infierno y adoptado el Universalismo.

Por este motivo reproduzco este artículo que traduje hace 7 años de Andrew Wommack.


Una Mirada de Andrew Wommack sobre el Universalismo


La palabra evangelio significa buena noticia, y no es una buena noticia el decirles a las personas que van a ir infierno. Sin embargo, hay un infierno para los que no aceptan la oferta de la gracia de Dios, y creo que es importante que la gente entienda esto.

Estoy horrorizado con la doctrina de la "reconciliación definitiva", o "universalismo", que se ha colado actualmente en el cuerpo de Cristo. Esta doctrina enseña que Dios en última instancia, reconciliará a todos con sí mismo, inclusive el diablo y los demonios. Algunas variaciones de esto dicen que el infierno es sólo un estado mental y no un lugar real o que los que están en el infierno sólo van a sufrir el castigo por un tiempo limitado. Nada podría estar más lejos de la verdad.

Mientras oraba acerca de esto, el Señor me recordó que la fe viene por el oír la Palabra de Dios (Rom. 10:17) . Entonces me preguntó: "¿Cuándo es la última vez que enseñaste las Escrituras sobre el infierno?" Me di cuenta de que nunca había enseñado un mensaje entero sobre el infierno. Ciertamente creo que existe y lo he mencionado, pero nunca he enseñado sobre el infierno.

Siempre estoy haciendo hincapié en el amor incondicional y la gracia de Dios. No me disculpo por eso. Eso es lo que me cambió la vida. Estoy emocionado con el amor de Dios por mí. Pero la comprensión de la justicia y la ira de Dios contra el pecado me hace apreciar aún más mi salvación. Trivializar el pecado nos bloquea de recibir una revelación plena del amor de Dios (Lucas 7:47). Por lo tanto, aquí va mi enseñanza sobre el infierno.

Dios no se limitó a mirar hacia otro lado o cambiar su actitud hacia el pecado. Él pagó por nuestros pecados en su totalidad a través del sacrificio de su Hijo (2 Cor. 5:21). Cualquier persona que rechaza o ignora un sacrificio tan grande pasará la eternidad pagando por eso.

El pecado tiene que ser juzgado (Rom. 6:23), y fue juzgado, en la carne de Jesús (1 Ped. 2:24). Pero aquellos que no hacen a Jesús su Señor tendrán que pagar en el infierno por cometer el pecado más grande de todos; el rechazar el sacrificio de Jesús (Juan 16:8-9).

El sacrificio que Jesús hizo fue infinitamente más grande que nunca hemos imaginado. La Biblia no solo nos enseña que Él no fue reconocible como ser humano (Is. 52:14), mientras fue colgado de la cruz, sino que también enseña que en realidad se convirtió en pecado (2 Cor . 5:21).

Justo antes de morir, Jesús dijo: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46). Dios abandonó a Jesús. No podía mirar el pecado que Jesús se había hecho. Y si Él abandonó a su Hijo, ¿qué posibilidades tendría cualquiera de nosotros? Por eso, para aquellos que tontamente ignoran este gran sacrificio, hay un verdadero infierno.

En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea seol fue traducida "infierno" treinta y un veces y "sepultura" treinta y un veces. Casi cada vez que se traduce "sepultura", se está hablando del lugar donde los justos van después de morir, y cuando se traduce "infierno", habla sobre el destino de los impíos .

Antes de la resurrección de Jesús, todo el mundo iba al centro de la tierra al morir. Se separaba en dos compartimentos. Uno era llamado el "seno de Abraham" o "paraíso", mientras que el otro era llamado "infierno", un lugar de tormento (Lucas 16:23-28).

En la historia de Lázaro y el hombre rico, el rico le habló a Abraham desde el infierno, el lugar de tormento. Lucas 16:22-26 dice:

"Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá." 

Hay mucho que podemos aprender de este pasaje. Por un lado, deja en claro que en el seol, o en el infierno, los que estaban en el tormento podía ver a aquellos que estaban al otro lado del abismo. Podían oír, tener sed, sentir dolor y tristeza, e incluso comunicarse con los de paraíso. Pero la única cosa que la gente en el infierno nunca será capaz de hacer es morir.

Después de la resurrección, las cosas acerca del infierno fueron cambiadas. Jesús fue al infierno, tomó las llaves del infierno y de la muerte (Apocalipsis 1:18), y liberó a los cautivos, los que estaban en el seno de Abraham.

Efesios 4: 9-10 dice: "Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo."

Después de derrotar al demonio y liberar a los cautivos, Jesús tomó a los que estaban en el seno de Abraham al cielo con él, donde todos los creyentes van ahora. Pero no vamos a vivir en el cielo para siempre. Sólo viviremos en el cielo hasta el fin del mundo. Entonces Dios va a hacer un nuevo cielo y una nueva tierra, y todos los creyentes vivirán allí con Jesús en la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:1-4) .

Después de eso, el infierno ya no estará en el centro de la tierra, sino será lanzado a un lugar que la Biblia llama el lago de fuego (Apocalipsis 20:14), un lugar que fue preparado para Satanás y sus ángeles (Mateo 25:4).

En Mateo 25, leemos la historia de las naciones que vienen al Señor ante su trono donde Él divide las ovejas de los cabritos.

En Mateo 25:34, Él le dijo a los justos: "Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo."

Pero para los injustos les dijo: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41).

A pesar de que nunca fue pensado para el hombre, el infierno es un lugar horrible donde los que rechazan este sacrificio tan grande se unirán el diablo y sus ángeles por la eternidad (Apocalipsis 20:10) .

La Escritura, en Lucas, también muestra que las personas que Dios honra no son necesariamente las mismas personas que el mundo honra (Lucas 16:15). Este hombre rico tenía un hermoso hogar, ropa de lujo, y lo mejor de todo. Lo tenía todo, pero nunca le mostró el mendigo misericordia alguna. Cuando murió, les garantizo que él tuvo un funeral de lujo. Miles de personas se habrán reunido, todos hablando de lo grande que fueron sus logros.

Sin embargo, la Biblia sólo dice que fue sepultado, se pudrió en la tumba. Por otra parte, el mendigo que estaba entre los más despreciados de la tierra fue llevado por los ángeles. ¿En cuál de los dos hubieras preferido haber estado? El ver esto desde una perspectiva eterna, hace que el sufrimiento de este mundo palidezca en comparación con lo que Dios ha preparado para nosotros (Rom. 8:18).

Es por eso que tenemos una sección de un muro en la Escuela Bíblica Charis, Colorado, dedicado a los que llamamos "Héroes de la Fe". Estos son los graduados, como los directores de las escuelas de extensión, que están dando sus vidas desinteresadamente para llevar este mensaje alrededor del mundo. Creo que estas son las personas que Dios honra, y que nos serviría a todos nosotros hacer lo mismo (1 Sam . 2:30).

También podemos ver en las Escrituras que no hay segundas oportunidades. No hay purgatorio, como enseña la Iglesia Católica. No hay reconciliación final. En la tierra, el hombre rico rechazó a Dios y se fue directamente al infierno. Cuando el rico pidió clemencia, Abraham no pudo hacer nada. No habrá misericordia, ni esperanza, ni ningún tipo de bondad en el infierno, nunca.

No hay ninguna sola persona en esta tierra que se merezca algo bueno de Dios. Y no hay absolutamente nada de la gente pueda hacer para ganar Su favor. Si esto te ofende, entonces acabas de experimentar el tropiezo de la cruz (Gálatas 5:11). En comparación con los estándares de Dios, la justicia del hombre no es mejor que los trapos de inmundicia (Is. 64:6). Pero Dios ama tanto al hombre que envió a Jesús, el Cordero sin mancha, como sacrificio por el pecado.

Si Jesús murió por los pecados pasados, presentes y futuros, cosa que Él lo hizo, entonces, ¿que determina si pasaremos la eternidad con Él o en el infierno? La Biblia deja en claro que el Espíritu Santo nos convence de un pecado , y que ese único pecado es el que hará que la gente vaya ir al infierno. Ese es el pecado de rechazar el sacrificio de Jesucristo.

"Y cuando él [el Espíritu Santo] venga, convencerá al mundo de pecado [singular], de justicia y de juicio: De pecado, por cuanto no creen en mí" (Juan 16:8-9 , anotaciones mías).

Por decir lo menos, el evitar el infierno es algo grande. Sin embargo, lo que Jesús hizo en la cruz es mucho más que evitar el infierno.



Traducido por Ricardo Botto